Tumbado sobre la arena,
con sueños hechos de olas,
el niño duerme la siesta,
que cantan las caracolas.
Debajo de la sombrilla,
cerca de la orilla,
me pongo el bañador,
a causa del calor.
Me puse mi camiseta,
me salí con mis vecinos,
nos fuimos en bicicleta,
y vimos a unos chinos.
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